Para el chavismo que conmemoró el pasado cinco de marzo un año de la muerte de su máximo líderHugo Chávez hoy están de luto. Para él llamado “madurismo” están de “medioluto”, se ríen, bailan en público y celebran hasta con orquesta el carnaval,mientras que para una gran mayoría del país el año ha sido negro, nefasto, catastrófico, no se quita el lutodesde hace 15 años y por el contrario cada vez que cae un joven muerto o mal herido en las protestas se ahoga en un solo pesar.
Esto es a propósito de que (según Maduro y su gente) hace un año murió Hugo Chávez, aunque otros consideran que fue en diciembre anterior a la fecha,que el mentor del Socialismo del Siglo XXI habría muerto en Cuba cuando “se quedó en la operación”, y muchos quedaron con la boca abierta porque se les había dicho en cadena televisiva casi a diario que el paciente estaba mejor y hasta hacía Consejo de Ministros desde su lecho de enfermo.
Lo cierto del caso es que ha pasado un año de aquel acontecimiento y el panorama que se observa en el país, es de intranquilidad, de violencia, desasosiego, desesperanza y clamor de un cambio d rumbo en la nación, ante las desacertadas políticas del sucesor de Chávez que lleva cada día más a un abismo una de las cunas del petróleo de Latinoamérica y el mundo
Con un producto interno bruto insuficiente para la generación de empleo, la inflación en alza, la pérdida del poder adquisitivo; con el gasto público centrado en políticas sociales erradas, la incertidumbre que desploma al sector productivo con una desinversión cada día mayor, nos lleva a decir que ha sido otro“año negro “para los venezolanos, y un año de “medio luto” para el “madurismo” que en medio de esta crisis se enfrenta a fuertes protestas de la sociedad civil por casi una veintena de días con más de 20 muerteshasta el momento, miles de detenidos y persecuciones. Un año donde la mitad más uno del país aun espera por soluciones de los principales problemas, y la otra mitad observa como Maduro baila en una tarima con su mujer, muy a pesar de las muertes que se han registrado en las protestas estudiantiles.
Con el país bañado en sangre y la violencia exacerbada el presidente Nicolás Maduro no pareció haber guardado ni “consideración” en el primer año sin Chávez porque aunque faltaban pocas horas para la conmemoración de la muerte de quien lo dejó en el poder, convirtió la parte baja del balcón del pueblo deMiraflores literalmente en un salón de fiesta. Esto no lo vio con buenos ojos una parte del chavismo que aun se viste de negro debajo de sus chaquetas rojas, y recuerda las interminables colas que se formaron en el cuartel de la Montaña para ver el féretro de quien fuera su guía, su líder.
Un artículo publicado por un oficialista reconocido en la pagina Aporrea advierte al actual presidente que, de no corregir sus políticas y no tomar cartas en el asunto, sus días están contados, en clara alusión a la crisis alimentaria, desabastecimiento, inseguridad, desempleo, corrupción entre otros de los graves problemas que padecemos.
Se refiere el articulista en una de sus partes a que Chávez se debe estar revolcando en su tumba por lo mal que lo está haciendo Maduro hasta el momento, y aún siendo seguidor del oficialismo reconoce que la actuación de Nicolás en un año ha sido una de las peores que se hayan observado en gobierno venezolano alguno. Este es el sentir de la mayoría de los venezolanos que hoy están en la calle y que buscan con su grito público que salga “humo blanco” de paz y no “humo negro” de violencia, muerte y desesperanza como está en los actuales momentos el país.
Lo cierto de todo esto es, que Venezuela se enclavaen la actualidad en una profunda tristeza, en un profundo pesar, pero no porque se haya muerto Hugo Chávez hace un año (a quienes unos recuerdan y llevan flores pero otros no), sino por las consecuencias que se viven con el gobierno que Nicolás Maduro insiste en mantener, con el apoyo del régimen castro comunista que nos ha envuelto en una desesperanza que cada vez tiñe de negro los hogares venezolanos.
Hoy el país sensato está de luto. Un luto activo que se multiplica en cada hogar que tiene un miembro menos después que ha sido arrebatado en la calle por los grupos de mercenarios y facinerosos del régimen, alimentados por un odio que el gobierno cada día pone más en evidencia contra la sociedad que lo adversa
En todas las religiones y en la naturaleza humana los duelos tienen un fin. El duelo por Chávez ya es menor que hace un año, el duelo del pueblo por la pérdida cada vez más del país sigue activo pero sin retroceder y el del “madurismo” por el que inició el proceso revolucionario está en extinción, y a un año de haber partido guardaron sólo “consideración”.
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