lunes, 31 de marzo de 2014

CHAVISMO DEVALUADO



Una de las cosas que nadie puede desmentir, ni siquiera los mismos dirigentes y seguidores del partido fundado por Hugo Chávez, es que el chavismo está en extinción. Esta al igual que nuestra moneda devaluada y cada día que pasa va en caída libre.
Para la oposición venezolana que cada día toma más oxigeno se debe a la pésima actuación de Nicolás Maduro como jefe de Estado, con sus políticas más erráticas que las implementadas por el difunto en los años que estuvo, y para los “chavistas duros”, se debe  a que los “maduristas” se han enfrascado en salvar lo insalvable y han llevado al PSUV al peor sitial que haya tenido partido político alguno en los últimos años en nuestro país.
El chavismo viene en franca disminución en medio de una crisis asmática y se ahoga en sus propias bombas lacrimógenas que por millones, ha lanzado el régimen en los últimos dos meses  en continuas protestas que mantienen estudiantes y la sociedad civil que reclama un cambio de gobierno y no acepta ningún tipo de diálogo mientras se mantenga la represión que lleva casi 40 muertos y miles de heridos y detenciones, sin contar los desaparecidos y los torturados.
Una buena parte del oficialismo acusa al “madurismo” de haber entregado el país en bandeja de plata al castrismo, que en definitiva es quien decide todo lo que se hace en nuestro país en materia económica, social y política, incluyendo la forma en que se ataca a los venezolanos en las manifestaciones que mantienen  en las calles, incluyendo las estrategias de represión.
Se habla a todos los niveles de un fracaso de lo que han llamado revolución bolivariana, y culpan directamente de ello a Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y el pequeño entorno que se mueve sobre su propio eje, sin  dar paso ni oportunidad a más nadie dentro de aquella organización que una vez Chávez fundó.
La herencia del líder fundador del Socialismo del Siglo XXI se vino al piso, en medio de una incapacidad del gobierno para enfrentar los graves problemas que tiene el país, y que afectan a los que se colocan la franela azul, blanca, verde, amarilla  pero también a los que se colocan la roja, porque que no les llega con la misma frecuencia, los programas sociales que el difunto había implementado para tenerlos “a cuello corto”
Ahora es cuando este gobierno se está poniendo malo, y parece no tener salvación por los tiempos que soplan, pues todas las conductas que observamos conllevan a que no hay espacio para la recuperación del chavismo. Cada vez que Maduro invita a los seguidores del partido rojo a la calle, son más escuálidas sus marchas y concentraciones, y aquellos que aún salen con sus banderas y cánticos de Ali Primera van obligados por el régimen que los amenaza con pérdida de sus puestos de trabajo u otro tipo de empleo.
Para el chavismo todo se le presenta como la moneda venezolana que sigue su proceso de devaluación, y de ahí el silencio que mantiene en estos momentos en que Maduro reclama su presencia para que lo ayuden en su recuperación de  imagen como gobernante, y de un país que se le va de las manos
Hay una clara señal de ingobernabilidad y  hasta ellos (chavistas, maduristas) lo saben, así como saben que los estudiantes no apagaran las antorchas que han encendido a nivel nacional para reclamar la democracia que se nos arrebata y las libertades que cada día se nos limitan.
El chavismo, así como parte de los que aquí vivimos y que nos oponemos a sus malas políticas, también  está  desconcertado, y de ahí que haya perdido cada vez más su capacidad de respuesta.
 Sigue sin responder con la misma espontaneidad, franqueza y sinceridad que se le observaba cuando Chávez los invitaba al Balcón del Pueblo. No parece tener estimulo alguno en estos momentos en que Maduro saca su “bombita de Berudual” para duplicar su oxigeno  y sólo algunos “reflejos” puntuales se  asoman de vez en cuando, pero cargados de odio y desaciertos como el presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello, a quienes una buena parte del chavismo culpan de llevar al abismo todo lo que el difunto les había construido y uno que otro diputado y los representantes de los poderes públicos quienes a diario esperan instrucciones y tienen que justificar su “sueldito”. El chavismo como nuestra moneda está devaluado.

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