Lo que se vive en el país en la actualidad es un exceso o una arbitrariedad, que por donde se mire siempre está presente, por las decisiones que toma el gobierno de Nicolás Maduro y las erradas políticas que se implementan en materia económica y social, pero lo más grave aún, es el querer silenciar al pueblo, robotizarlo sin que tenga derecho a protestar ni siquiera, sin que pueda ver por los medios de comunicación lo que sucede en realidad en el país, controlándolo todo, desde la forma de pensar ,actuar,caminar, hasta que comer (no hay productos básicos en anaqueles) ,cuando comer (hay que hacer colas hasta de seis horas) incluso, cuando bañarse porque a mucha gente no le llega agua.
Ya controlan a la mayoría de las estaciones convencionalesde radio, tv y algunos diarios y todavía no conformes,quieren también censurar el internet, que es quizás lo más grave que ha sucedido en el año que cumplió en Miraflores el heredero del trono, ¿De qué se trata? ¿Ya no vamos a tener los venezolanos libertades? ¿Vamos a vivir una dictadura que se ejerce a través del control casi absoluto de todo lo básico incluyendo la libertad de expresarse, movilizarse y protestar?
Si hacemos un paneo por el país, vemos que por ese camino vamos, porque desde que se murió el que nos trajo hasta aquí en todo esto, los que han quedado después que se quitaron el luto, e iniciaron su locura por mantenerse en el poder, hanincrementado la corrupción en medio de un juego de “tate quieto” para evitar su pérdida y permanecer en la silla al estilo Fidel Castro y su familia en Cuba que hasta ahora es una historia sin fin
Los excesos que comete el gobierno con el pueblo van desde callarlo, desmovilizarlo hasta quitarle los rubros de la cesta básica para que se vea obligado a permanecer en interminables colas luego lanzarle “bocados” de vez en cuando a través de sus programas de mercados, y hacer ver que el “papa gobierno” lo alimenta, pero a su vez, que de éldepende su sustento.
En medio de estos excesos no existe un crecimiento económico, y por ende, no hay desarrollo, no hay empleo, no hay bienestar de ningún tipo, un país en crisis, con su economía estancada, donde cada vez lo que hay es más pobreza con una tasa inflacionaria superior a muchos países pobres del continente y una falta de poder adquisitivo extremo que ha incrementado la delincuencia e inseguridad.
Esto lo sabe el gobierno y todos los que manejan sus ministerios de economía, y lo más triste del caso es, que después de 15 años de régimen, de tanta corrupción gubernamental y tantos desaciertos, ahora no hay dólares que ofrecer, sobre todo al sector productivo para ver si conalgún “ balsa o tabla de anime” sale a flote el país
La Inmadurez del régimen “madurista” hace que cada día el pueblo levante su voz de protesta y salga a la calle. Esto es lo que permite que los estudiantes dejen sus aulas y sin descanso manifiesten su descontento, sin importarle en lo absoluto lo que piense Hernán Escarra sobre lo que él considera o interpreta por Protesta, o lo que diga el Tribunal Supremo de Justicia, de que hay que que solicitar permiso para poder manifestar en Venezuela.
Maduro quiere un país robotizado, donde la gente no salga a expresar su descontento, que no grite sus quejas, que no hable en público sobre su disgusto contra el gobierno, ni tome plazas para expresar su desaprobación, que calle y diga “amen” todo lo que se proponga en cadenas, o lo que diga y haga Diosdado en la AN, o lo que plantee José Vicente Rangel con sus mentiras domingueras, o las que diga Nicolás Maduro cuando se le entienda el mensaje y no diga cada barbaridad ortográfica, o lo que piense Cilia cuando en tono irónico asegure que el difunto no se quejaba en la cárcel ni se enfermaba, o cuando Jagua, Ramírez, Jorge Rodríguez ,Isturiz o Jorge Arreza (vice Pte) señale a propósito de las protestas, que si ha habido un comportamiento ejemplar es el de los colectivos motorizados, o cuando el acaldeafrodescendiente exclame que “Bolívar no necesitó papel sanitario para hacer lo que hizo”, o cuando Diosdado asegure que “la Suprema felicidad del pueblo se siente en la calle”
Todo esto me recuerda aquella serie infantil Los Teletubbies con figuras que no tenían una personalidad definida, y que actuaban como autómatas bajo las ordenes del narrador, y esquizás por ahí por donde el gobierno trata de llevarnos, estar sometidos por completo a lo que dictamine el que define las pautas. Quieren un país de Teletubbis.
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