Las circunstancias políticas que vivimos en nuestro país desde
hace más de una década y media, las obligó a tener que abandonar parte de sus
oficios cotidianos, en sus hogares en sus oficinas en sus estudios , en su
atención más directa a sus hijos, maridos y familiares, para tener que recoger
sus mangas de la camisa y salir en defensa de ellos, dedicados a la actividad
política en condición de opositores y que, de una u otra forma han sido
perseguidos y han tenido que exiliarse en otros países o han sido encarcelados.
Fue la actual alcaldesa de Maracaibo
Eveling Trejo de Rosales una de las primeras que tuvo que enfrentarse a esta
situación. Se lanzó a un proceso de elecciones municipales y obtuvo un triunfo
arrollador en dos oportunidades, después que su esposo, el líder fundador del
partido político Un Nuevo Tiempo ,ex gobernador del Zulia y ex alcalde de Maracaibo Manuel Rosales, fuera acusado por el
gobierno de hechos que nunca le fueron comprobados y perseguido por el régimen
de Hugo Chávez, que lo llevó a exilarse en un país vecino.
Eveling,al igual que las
recientes alcaldesas que fueron elegidas por los pueblos de San Diego y San
Cristóbal, Rosa de Scarano y Patricia de Ceballos, esposas de los ex alcaldes
Enzo Scarano y Daniel Ceballos encarcelados por el gobierno de Nicolás Maduro,
por considerar que apoyaban en sus respectivas ciudades las guarimbas y
manifestaciones estudiantiles, sueñan con un país justo para todos, y dejaron
parte de sus cotidianidad en el hogar para salir en defensa, no solo del padre
de sus hijos sino del país que cada día vemos en picada, en defensa de la
libertad y en la recuperación de todos los buenos espacios que hemos perdido a
lo largo de 15 años.
Quizás por sus mentes nunca pasó llegar a ser
burgomaestre de ciudades importantes del país con una referencia destacada, y
sin embargo han salido como por arte de magia a tomar las calles, llevar un
mensaje, una propuesta al pueblo, y tener que dirigir políticamente estas
regiones que ha pretendido el gobierno nacional ocupar a costa de lo que sea.
Se han arriesgado estas mujeres a
conseguir lo que quieren, y a expresarse con respecto a lo que desean. Su
participación ha sido valiente y decisiva, demostrando el arraigo, capacidad,
inteligencia y abnegación de la mujer venezolana, que se la juega en situaciones difíciles, sale adelante para
representar en la actualidad el verdadero sentir que existe en el país por
lograr una cohesión social.
Siempre se ha dicho que cuando la
mujer da un paso hacia adelante, toda la sociedad avanza y es eso lo que
estamos sintiendo en nuestro país en la actualidad, cuando vemos que sin ningún
tipo de temor y saltando los obstáculos que se le presentan, se empeñan en
salvar nuestra democracia a costa de lo que sea.
Hoy podemos decir, que vemos un
progreso de la mujer en sus diferentes
actividades en las que se desempeña y han convertido su “techo de cristal” en “platabandas de hierro”, para
hacerle frente a los ataques del régimen
por cualquier lado que se le presente, con una demostrada visión
personal y una voluntad política. Siguen escalando posiciones de liderazgo,
abriéndose hacia el reto de gerenciar ciudades donde ha quedado demostrado a
través del voto popular, que se oponen a la organización política y
administración gubernamental centralista, como es el caso de Maracaibo capital
del estado Zulia, donde su alcaldesa Eveling Trejo de Rosales se mantiene firme
en su trabajo de lograr las mejoras de
sus espacios urbanos y servicios, luchando porque se le entreguen desde el
gobierno central los recursos que por derecho le pertenecen, y de esta forma
invertirlos en la ciudad.
El empuje y coraje de ellas sigue
siendo constante, y como pieza importante vemos su protagonismo en las épocas
de cambio de nuestro país, contribuyendo con su aporte desde el postgomecismo a
ser parte del cimiento de nuestra democracia.
Ya no hace su tarea en voz baja
como en aquellos tiempos de dictadura férrea, sino que hoy en día se hace
sentir públicamente y en voz alta, frente a frente, a quienes pretenden
establecer regímenes similares y retroceder al país hacia tiempos de represión,
división y atraso social. La mujer venezolana va en avanzada y no la detiene
nada ni nadie. Se vieron obligadas por las circunstancias, a ocupar las sillas
que, por persecución del gobierno dejaron sus maridos, y ahora comienzan su
carrera política, comprometidas a seguir la gestión y cumplirle al pueblo que
ha depositado su confianza en ellas. Mujeres embraguetadas
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