miércoles, 25 de junio de 2014

AUTOBUSERO DESBOCAO



Eran las seis de la tarde y mi mujer que había salido al centro (zona comercial) de Maracaibo no había llegado. Ya preocupado y asomado a la ventana la vi que venía con cara de tragedia, e inmediatamente me pregunte ¿Qué le pasaría?  Estaba pálida y al mismo tiempo tenía cara de arrech….  Y mal humorada.
Por aquello de que los taxi están costando un dineral, ella retornó a los tiempos de estudiantes y abordó un autobús, y fue así como me contó lo que había sucedido, narrándome todo lo acontecido con el autobusero de la ruta que tomó para llegar hasta la casa, que de acuerdo con lo que señalaba al detalle, el tipo maltrataba a todos los pasajeros, gritaba al que criticaba su comportamiento, aceleraba a gran velocidad la unidad dando la impresión de querer estrellarla  contra lo que fuese.
Era una tarde de mucho calor. Habían algunas barricadas por  en ciertas vías con manifestantes  y se sorteaban colas por todas partes. El chofer del bus  comenzó  a sacar la madre a los pasajeros que iban en la parte trasera, cuando estos le manifestaron que acudirían a la inspectoria del tránsito a llevar una “carta” para quejarse del mal comportamiento del “autobusero”, que como un bólido esquivaba los obstáculos que se encontraba a su paso, lanzando maldiciones contra todos los que se le acercaban a decirle que bajara la velocidad y que se tranquilizara.
Era como si se le hubiera metido el demonio decía mi mujer, los pasajeros  llamaban a la calma  a la unidad para ver si el conductor entraba en razón y enderezaba el volante hacia la ruta real, y no la que había tomado el chofer, que nos condujo a lo más lejano, casi estrellándose contra postes, vehículos, aceras, casi  contra todo.
No sé como explicártelo  era algo loco decía aún sonrojada.  Los pasajeros nos tambaleábamos de un lado a otro, y cada vez que tomaba una curva en dos rueda, los ancianos y niños rodaban por el piso, mientras que el  conductor no le hacía  caso a nadie, y de vez en cuando le prestaba atención al colector que iba en la puerta colgado de una sola mano como si se tratara de un “mango maduro” que estuviera a punto de caer, y le alertaba a cada momento “guárdate bien los cobres, no se te vayan a caer, cuídamelos bien”
Fue terrible-dice- todo los pasajeros trataban de salir del bus, y este no lo permitía apretando el acelerador cada vez más, muy a pesar de los gritos de muchos de los que estábamos ahí, entre ellos estudiantes que iban de pie, que intentaban entrar en razón al autobusero para que condujera bien la unidad, mientras que mirando el retrovisor los llamaba “desleales” e ingratos, diciéndoles que el siempre los transportaba a bajo precio y muchas veces gratis.
Te explico mejor-aclaró mi mujer- cuando pudimos controlar la situación, después que bajamos de la unidad, algunos pasajeros llamaron a la inspectoria del tránsito, a la policía y uno que otro se comunicó con la médicatura forense porque hubo desmayados y niños maltratados. Todo era confusión, porque cuando llegaron los gerentes de la empresa a la que pertenece la unidad, unos estaban a favor del autobusero, y se hablaba de amonestarlo, sacarlo del puesto, quitarle el poder frente al volante, y otros se oponían a dicha medida.
Todo se me parecía al gobierno-aclaró- con un conductor que no sabe por dónde va, que no sabe manejar el bus, que los pasajeros íbamos tambaleando de un lado a otro como “bachaqueando”, que la irresponsabilidad y corrupción dentro de la empresa autobusera no tenía limites como si fuera Miraflores o el TSJ, y lo más grave de todo,  que el conductor no le hacía caso ni al colector fiel que le manejaba las finanzas del pasaje que cobraba a los pasajeros en la puerta.
El tipo iba “desbocado” y hasta sin luces, mientras que todos gritábamos que lo llevaríamos a los cuerpos de seguridad para que tomaran cartas en el asunto. Nos dejaron botados por un lugar que ni conozco, nadie se responsabilizó por lo sucedido y tuvimos que decidir entre cancelar 200 bolívares en un taxi o buscar una cola.
Pensé en redactar una “carta” a la inspectora del tránsito con copia a las autoridades policiales y al gobernador del estado Francisco Arias Cárdenas para que llamen a la reflexión a este conductor y de esta forma poder evitar que pueda ocurrir de un momento a otro una tragedia de grandes proporciones, porque en realidad por lo que viví creo que a ese señor no hay que dejarlo manejar más de esa forma esa “gua gua” que casi iba en retroceso, porque cuando vengamos a ver, va a salir reseñada en las últimas páginas de los periódicos con las cuatro ruedas hacia arriba con el título “cayó autobús al vacio  con chofer desbocao”.

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