Al igual que en Cuba la situación en Venezuela se hace cada día más penosa. Nos está tragando como víbora hambrienta la corrupción, el desabastecimiento y la tiranía de los gobernantes, que lejos de atender los serios problemas por los que atravesamos los venezolanos, andan como la “gallinita ciega” dando bandazos y palos a todo el que le parezca conspirador, como una manera de distraer a quien ya le ha visto las costuras al vestido y sabe que son rojas desde hace muchos años.
Chávez no pudo engañar a los venezolanos. Menos lo puede hacer un hombre como Nicolás Maduro que es malo hasta para meter mentiras, pues su escasa preparación lo lleva hasta ponerse el antifaz en Semana Santa a pesar de ser un día de octavita de carnaval. No existe un proyecto del país definido, y se observa como en bandadas, algunos de sus tantos ministros y entes gubernamentales dicen una cosa y otros dicen otras, que incluso llegan a caer en contradicciones con respecto a cómo se mueve el país desde el punto de vista económico, social, cultural y hasta político.
Por ejemplo el Banco Central de Venezuela reconoce que el índice de escasez este año alcanza el 20% de los alimentos de la cesta básica, e instituciones como el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación de Maestros (CENDA) señala que sólo en febrero de 2013 se sintió la falta de 10 alimentos fundamentales: sardinas en lata, pollo, leche, carne, margarina, azúcar, aceite, harina de trigo y de maíz, pastas y café,
Sin embargo el triste y gris vicepresidente de la República Jorge Arreaza recientemente desde las instalaciones del Teatro Municipal de Caracas, donde se llevó a cabo un acto con Madres incorporadas como fiscalizadoras para el Órgano Superior de la Economía, dijo a todo pulmón y ante la mirada atónita y expresiones de asombro de las amas de casa, muchas de las cuales han estado todo un día en cola para garantizarse un pote de leche o aceite que “aquí ni falta papel, ni falta arroz, ni falta pollo. Aquí no falta nada. Lo que hay es un problema de distribución de alimentos generado por la burguesía”, pero ellos “no podrán ganar esta guerra económica” sentenció ese día el enardecido hombre, cuota del chavismo que dejó ahí el desaparecido presidente.
A quien pretende engañar Arreaza con este discurso, cuando no se necesitan anteojos para ver anaqueles vacios, cierre de empresas expropiadas y dejadas en 4 bloques por Chávez cuando estaba vivo, contrabando de extracción dirigido por las cúpulas militares, toneladas de alimentos que se pudren en puertos y almacenes que son de institutos gubernamentales y demás “marramucias”.
Este es el ejemplo y la comparación es esta: La situación en Cuba se hace por días más y más penosa, pero el gobierno reinante en la Isla hace oídos sordos, no le importa la penuria del pueblo.-En Santa Clara solo funcionaran este año 5 centrales azucareras, hay escasez de azúcar y ya comienza a venderse en el mercado negro mientras en el campo no hay ni mulas para labrar la tierra, y la corrupción campea a sus anchas. Así mismo está Venezuela, Es una copia al carbón.
Me viene a la memoria una expresión popular que se extendió durante las dictaduras de Gerardo Machado y Fulgencio Batista por aquellos terribles años cuando se decía. “Las revoluciones nacen de los fogones apagados”. Yo diría que nacen, crecen y se reproducen esos fogones.
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