No crean que es fácil saltar la talanquera de la noche a la mañana, y menos si se trata de gente que ha pertenecido al partido UNT fundado por Manuel Rosales, que continua siendo la principal referencia política de oposición del país y la piedra del zapato del chavismo. Se van algunos a buscar refugio en el PSUV, y no crean amigos lectores que los reciben con la alfombra roja y la estatuilla del óscar en la mano. ¡No se señor! Eso no es así, pues vienen marcados, y para el chavismo son personas a las que hay que vigilar con recelo y de ahí que los metan en lo que se conoce como el “mercado de los corotos”.
A lo largo de muchos años hemos visto a diputados, dirigentes comunales, coordinadores políticos importantes, periodistas y hasta “gente de peso” que han tomado sus garrochas y de un solo brinco han ido a parar al partido rojo, unos por descontento con la organización política a la que se habían aliado porque no les dieron cargos o negaron sus aspiraciones políticas, otros porque venden en tiempos de elecciones su decisión, algunos porque aspiran tener un mejor cargo y consideran que estando en oposición no lo logarán, y uno que otro que lanza dados en busca de la suerte que ha tenido Calixto Ortega, a quien no conocen en ningún barrio del país y se pasea por los mejores cargos, gana un sueldo millonario hasta en dólares, va a Cuba y fue a EEUU como “Pedro por su casa” sin tener que colocarse la gorra roja ni el sombrero de paja que usa Maduro a veces.
Los ilusos “talanqueros” llegan al partido fundado por el difunto y se encuentran con una realidad que es totalmente contraria a lo que habían pensado, pero como les resulta difícil regresar, se hacen los locos, toman lo que les ofrecen, cuando les dicen esto es lo que hay, quédense por ahí, y poco a poco los van desechando como “trastos viejos” sin oportunidades en dirigencias del ´partido y mucho menos ni intentos de ser figuras principales dentro de la organización donde mandan unos “dioses” dejados por el fallecido presidente.
“Mosca con ese que viene del otro lado” entre las expresiones de los llamados ahora “maduristas”, “ponemelo por ahí”, “vigílamelo”, “háganle seguimiento”, “nada de cargos de confianza” “ese tiene corazón azul”, “ve que si se la hizo a ellos, nos las hace a nosotros”, “ve que ese es un inmigrante” y así infinidades de comentarios despectivos a los que tienen que exponerse quienes se van de cualquier partido para el que dirige el gobierno nacional.
En días pasados un colega chavista me comentó que por cuestiones de interés y estrategia política reciben a estos “refugiados”, que no son visto con buenos ojos, por cuantosaben que se rasgaban las vestiduras y metían el pecho contra balas por defender el partido de Rosales y hasta lanzaban maldiciones públicas contra la revolución y el socialismo del siglo XXI.
Le pregunte al colega que como hacían para asegurare de que estos personeros se convierten de un día para otro en revolucionarios, dirigentes rojos de pura cepa, y me contestó:
¡No chico, en este partido no habemos gueb……. sabemosquién es quién, y quienes son los que vienen a “comprar” aquí, y cuando saltan la talanquera los esperamos con una sonrisa, le damos un “regalito” de fin de la fiesta, y con el tiempo losmetemos en el “mercado de los corotos” como si fueran “trastos viejos” lanzados al olvido. ¿Qué triste verdad?
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